Coberturas

[COBERTURA] Presentación Titanfall en Argentina


Semper WiFi.
 

No tuve tiempo de ajustarme al rango que ya me habían empujado, el desembarco estaba en marcha. Nos identificaba a todos: TITANFALL, las letras estaban fijadas alrededor de la muñeca; no había marcha atrás, cabo.

1800 horas, el humo se encargó de envolvernos.

Ya había visto ese campo algún tiempo atrás, El Teatro. Ahora lo llamaban Vorterix, era la cuna de aquellos Malditos Nerds; pude verlos entre la hilera de borceguís, sabía que defenderían su campo por sobre nosotros, en el aire. Delante nuestro, dos bellas escoltas detenían el paso, un mecanoide me apuntaba entre los ojos. Debíamos escuchar órdenes. Seré franco, impulsado por el alcohol, la pólvora, costaba mantener la calma. Podíamos ver las ocho estaciones de combate y ansiábamos probar nuestro valor en terreno.

Fuera luces. Luces, y un antiguo soldado toma la palabra.

El tríptico de pantallas respaldan a Sebastián Di Nardo AKA “Moki”, este imparte su experiencia entre las trincheras y casquillos. Da ese discurso cargado del furor que conlleva su campaña y me hace volver a los capítulos de antaño. Regresan a mí sus relatos de sangre, sudor y hollín. La miseria y la gloria grabada  junto a su compañero Rolo. El destello de luces me hace volver, Darío Schapiro, Lead de Microsoft Argentina comenzó el briefing.

Las cifras que respaldan un buen crecimiento en mercado nacional/global, la relevancia del sistema LIVE Gold y sus virtudes, entre otros, me hicieron pensar en comunicados anteriores. Microsoft presenta Titanfall en su consola Xbox 360, cuidando e incluyendo a su generación pasada, mientras esperamos su pronta incursión en la nueva. Los datos estaban aún frescos en la retina y el concluyó discurso.

“YOUR TITAN IS READY”

Los rifles se pasaron de mano en mano y, así, comenzamos a caer. Seis unidades en línea, dos más para campaña. Todos nos llevamos una cicatriz esa noche. Quienes regresaron, fueron nuevamente agasajados con comida y bebida digna de la victoria. Me acerque a la barra, detuve mis ojos sobre un monitor que proyectaba la batalla campal y reparé en la dicha de estar intacto mientras las ráfagas carcomían el chasis de un Titán aliado. Un minuto de silencio. Otro “raso” a mi lado compartió el momento, ajusto su traje y se perdió rápidamente entre las filas.

Preferí pasar mi retiro en otra escena, en esa otra historia que se desarrollaba a mis espaldas. Dos simpáticas y curiosamente activas difuntas animadoras me invitaban a otro tipo de aventura bélica. Allí se disponía Plants vs Zombies: Garden Warfare, quien era presentado paralelamente en dos estaciones, y para quien quería un poco de humor de un clásico reformulado.

2000 horas, un nuevo pelotón entraba a las barracas.

Era ahora el público quien tomaba en nuestro lugar, se sumaba a la carnicería;  decidí alejarme y descansar en el bar mientras ellos eran informados y, luego, posicionados en unidades; la hilera se extendía más de lo que imaginé. Recordé cuando estuve en su lugar, cuando era un novato. La emoción moldeaba sus rostros.

La historia se repite. Dos camaradas fueron condecorados con mandos especiales y copias del título; pudieron volver con orgullo a sus familias. El resto era dichoso de dejar el humo atrás y narrar con honor lo que vivió allí.

Gracias a EA, MICROSOFT y LOCALSTRIKE por llevarnos, por traernos de regreso. [i]

 

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